Rogelio Rubén López H. Gen83-86 - Localiza
Rogelio Rubén López H.
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La semana pasada visite la biblioteca de la ciudad donde vivo. Cansado de leer en tiempo virtual y con movimientos de electrons, decidido a leer en tiempo real y sujetando paginas de celulosa, me adentre a la seccion de ciencia localizada en el ultimo piso del edificio. Sin estar seguro cual libro seleccionar fui al area de biografias y encontre un libro sobre la vida de Albert Einstein. El libro, mas una version humanistic de la vida del cientifico que una rese~na de sus haza~nas en el mundo de la ciencia, desperto un recuerdo que ha permanecido en mi desde los dias en que asisti a la Secundaria y que deseo relatar con todas las limitaciones que el paso del tiempo impone y con todas los sesgos atribuibles a un alumno de segundo de secundaria en la ya lejana decada de los ‘60s.
Este evento singular en la vida de la escuela -y la mia propia-, occurrio una ma~nana de 1967, no recuerdo el mes y recuerdo menos el dia, pero recuerdo que hacia un poco de frio, invierno quiza de aquellas generaciones cuando el calendario escolar empataba el calendario annual: comienzo en enero/febrero final en noviembre/diciembre. Dias antes, la Direccion de la Escuela informo que el Dr. Albert Einstein nos visitaria y hablaria a los alumnos desde donde los directores normalemente hablaban arengan a los alumnos, al menos eso fue lo que yo entendi y esa fue la impresion con la que fui al evento junto con mis compa~neros de grupo.
Despues de unos momentos de espera en el patio –yo me encontraba en la parte delantera del grupo- la maestra Garfias se coloco frente al microfono, tomo la palabra e hizo la presentacion correspondiente del ilustre visitante. Yo esperaba ver a una persona de edad, con el pelo todo blanco y al aire en la clasica imagen que todos tenemos del sabio judio-aleman, tal y como lo retrata el busto a la entrada de la escuela; quiza verlo con su sweter agujerado y fumando; sin lentes y sonriendo, quiza algo irreverente, como si dentro de si: o sonriera con su auditorio, o continuara, irrespectivamente de la muchachada, con su singular curiosidad por la naturaleza que lo rodeaba.
Pero no, el personaje enfrente de nosotros no se parecia en nada a la persona que imaginabamos: frente a nosotros un hombre relativamente joven (ciertamente no un anciano), con lentes, pulcramente arregalado; vestido en traje formal y corbata como algunos de los maestros que nos daban clase: el profesor Estopier de Civismo, el maestro Tadeo de la Garza matematicas, o el maestro de estructuras metalicas recientemente incorporado a la planta de profesores cuyo nombre el tiempo me ha robado.
No recuerdo nada de lo que dijo en su platica en esa ocacion el Dr. Einstein: quiza fue el ingles un tanto quebrado por su fuerte acento germanico, quiza la traduccion al espa~nol me hizo perder el mensaje o quiza era el inmaduro estudiante que no podia alcanzar a comprender la relevancia que para su vida adquiriria el momento.
Al terminarse la platica los grupos fueron despedidos y regresamos a los salones a continuar con las labors regulares. En la tarde me entere que el ponente no era el famoso fisico Albert Einstein sino su hijo Albert Einstein Jr.
Con este recuerdo, procedi a leer el libro seleccionado en donde se refieren al mayor de sus hijos como: "Hans Albert Einstein (1904-1973), el primer hijo de Mileva Maric y Albert Einstein, un papel dificil que Hans manejo siempre con dignidad. Estudio ingenieria en el Politecnico de Zurich; casado con Freida Knecht (1895-1958) en 1927. Tuvieron dos hijos, Bernard (1930 - ) y Klaus (1932
– 1938) y una hija adoptive Evelyn(1941 - ). Imigro a los EEUU en 1938 y se vuelve professor de ingenieria hidraulica en Berkely California. Despues de la muerte de Frida se casa con Elizabeth Roboz (1904 – 1995) en 1959. Bernard tiene cinco hijos: los unicos nietos conocidos de Albert Einstein.Asi fue como en una ma~nana ligeramente fria de mi incipiente juventud, mi amigo Juan Carlos ("Zorry") Zorrilla me aclaro que fue el hijo de Albert Einstein quien nos hablo; yo le conteste, insitiendo: "No, fue Albert Einstein el que nos hablo".
"La vida es como viajar en bicicleta:
Para mantener el balance hay que seguir adelante".
Albert Einstein (Padre).
PD: si algunos de los compa~neros recuerda algo de esta presentacion dada por H. Albert Einstein Jr. me daria gusto escuchar sus comentarios.
Sergio Escobedo (66-68) sergio.escobedo@gmail.com