Cecilia Morfín Gen55-57 - Tenemos nueva... ¡Escritora! Bien por nuestras Hermanas

Recuerdos
Alberto recibe un saludo afectuoso y felicidades por el entusiasmo con que mantienes este espacio al que no entro con mucha frecuencia pero cuando lo hago al leer los comentarios y experiencias pasadas por los que aquí escriben veo que el hecho de haber sido alumno de esa “mágica y maravillosa” escuela ha sido lo que nos formó. Creo que (casi) todos estamos convencidos de que el hecho de haber pasado esos “años maravillosos” nos ha dejado una huella imborrable. Cómo no recordar la participación de la 15 en el gran teatro de masas que se presentó en el Auditorio Nacional “El mensajero del Sol” (1956) espectáculo que nunca se repitió¡ lástima!. La de sucesos que ocurrieron cuando éramos llevados a los ensayos, los romances que nacieron, los enojos que causaron, las risas que brotaron pero sobretodo la gran unión que creció, el apoyarnos, ayudarnos y querernos como la gran hermandad que actualmente somos. Recuerdo ese auditorio en el que se realizaban las ceremonias de los Lunes con gran solemnidad y respeto pero también las veces que vimos”Las viudas del jazz” (ya llovió verdad) o ensayar el coro con el maestro Ceniceros, o donde vimos las obras de teatro representadas por nuestros amigos y dirigidos por la maestra Pérez y Soto y que disfrutábamos o las carcajadas que años más tarde gocé al ver la pastorela (1986) en la que mi hijo fue uno de los protagonistas y sin mal no recuerdo ganó el concurso de las mismas. Cada vez que leo algo lo vivo intensamente y eso es hermoso, Alberto, creo que sí te conocí porque me llevé con Néstor, además de tu generación conozco a Margarita Hernández (estuvimos juntas toda la primaria), a Yolanda Topete (le presenté a Mario su esposo y formaron más tarde el trío Perla Negra) a Socorro Alarcón (nuestras mamás se conocían) y con Tadeo que me llevé súper, además del reencuentro, más tarde en los partidos de americano que nuestros hijos protagonizaron. Gracias por hacer posible lo de “recordar es vivir”. Hay muchos detalles de mi generación que poco a poco te contaré. Recuerdo algunos de los muchos grandes maestros que de alguna manera influyeron en nosotros: El maestro Rincón (el Cascaritas tan elegante y propio todo un caballero), la maestra Pérez y Soto (la Leona una admirable y gran mujer que nos enseñó a conocer y a apreciar la poesía), El maestro Camilo Arias (sarcástico, educado y gran persona que con su ejemplo mucho nos dio). La maestra Francisca Santana (linda mujer, exigente y gran amiga a la que siempre admiré), El maestro Corona (serio y parsimonioso, tranquilo y exigente), El maestro César González(muy, muy exigente pero comprensivo), el maestro Antonio Stopier (guapísimo, exigente y amigo), la maestro Yolanda Peniche (alegre, amiga, comprensiva y exigente), la teacher Artega (enorme como ella en dulzura, comprensión y paciencia), la maestra Guadalupe….(la bailarina, polifacética), el maestro Valdivia (tranquilo, amigo y comprensivo), el maestro Carlitos (de dibujo, los muchachos bien lo recordarán).Creo que ya fue suficiente por hoy.
Con cariño Cecy M.
cmorfinf@itj.edu.mx