Secundaria 15 Albert Einstein: Erick Argueta Generacion 83-86 - El ultimo dia de clases
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jueves, marzo 05, 2009

Erick Argueta Generacion 83-86 - El ultimo dia de clases

Quiero compartir con ustedes mis amigos uno de los dias que dejaron marcada para siempre mi vida:



El ultimo dia de Clases.

Era 1986 y dias antes habia terminado el mundial de Mexico 86, mi ciudad aun tenia fresca la herida del tragico terremoto que la devasto y que hizo surgir los mas emotivos sentimientos en todos sus habitantes.

No se si aun se acostumbra; pero en mi epoca cuando el final de curso se avecinaba, el director y los orientadores enviaban una lista a cada salon, en esa lista iban los nombres de los alumnos problema, aquellos que estuvieran condicionados y aquellos que llevaran un record impresionante de reportes graves de conducta, obviamente yo no podia faltar en esas listas y a los afortunados se les hacia acreedores a una semana completita y adelantada de vacaciones, es decir se nos mandaba a nuestras casas a descansar, esto me imagino que lo hacian con el fin de librarse de nosotros, y me imagino que ha de ser dificil lidiar con una bola de pubertos desmadrosos e incontrolables, y por logica en la ultima semana del curso ya no hay nada que hacer en las aulas ya que los examenes han sido aplicados y las calificaciones se han definido.

Ese dia recuerdo que llego el Chori a mi salon y al mencionar los nombres de los 5 elegidos nos llevo aparte y nos dio la noticia, la verdad a mi no me allegro mucho ya que me perderia de la semana mas valiosa de toda mi epoca en la escuela.

El unico dia que no fui a clases fue el lunes siguiente, ya que decidi volver a mi salon y compartir esos ultimos dias con mis compañeros, todos los maestros tenian la lista negra en su poder asi es que seria medio dificil escabullirme de ellos, pero al final de cuentas lo logre.

Durante esa semana ocurrieron muchas cosas, valio la pena el arriesgarme, me reencontre con las personas que compartieron su tiempo y consejos conmigo. Me di el tiempo suficiente para platicar con don Wences y decirle que admiraba su trabajo y que debia de sentirse orgulloso de haber convivido con tantas personas que a lo largo de nuestras vidas le recordariamos. Hice las paces con algunas personas con las que alguna vez me agarre a trancazos, al final de cuentas fueron solo trompadas y emocion. Asi mismo durante aquellos dias me acerque a algunos maestros que tuvieron el valor de soportarme incluso hice algunas promesas a algunos de ellos, la mayoria hasta hoy las he podido cumplir, algunas otras estan en el aire y espero que Dios me conceda tiempo y vida para cumplir la palabra empeñada. Busque a mis enemigos y quede en Buenos terminos con algunos. Me di el tiempo suficiente para echar un ultimo fronton y de recorrer las aulas donde tome clases durante tres años, fui al auditorio a recorrer el escenario en compañia de don Wences que me dejo entrar mientras se preparaba para la ultima ceremonia que se llevaria a cabo en dos dias, pise por ultima vez aquel escenario donde tantas veces participle en bailables, poesias, pastorelas y demas. Recuerdo bien aquella tarde porque mientras ayudaban a don Wences a barrer, sentia como si estucviera barriendo mis buienos momentos y echandolos en el saco de mis recuerdos, aquella pastorela donde a una de mis compañeras le ganaron los nervios y se le olvidaron unas lineas, yo tenia el papel del Diablo y conocia muy bien el guion porque yo lo escribi, entonces me puse a improvisar y como mi personaje era de corte comico pues salimos adelante en la representacion, o aquel 10 de mayo en Segundo año en un bailable norteño donde una compañera se resbalo y cayo al piso a mitad del acto, fueron tantas cosas y tan bien vividas que me faltaria espacio para enumerarlas todas.

Y no podia dejar aquella escuela sin antes sentarme por ultima vez en la banca de cemento y mosaico que estaba justo en la entrada de la direccion, esa banca que tantas veces ocupe en espera de que me llenaran un citatorio para mis papas o en espera del castigo que me habrian de imponer por mi mala conducta, fui y me sente otra vez alli, pero esta vez no habria reporte ni castigo, mis papas no estaria alli para regañarme delante de todos, esa tarde estaba yo y mis recuerdos, tantas travesuras y maldades que me llevaron alli. Recuerdo mi primer reporte, fue mi novatada, estabamos en la formacion y por andar de latosos el director me saco a mi y a dos compañeros mas de la fila y nos dijo que lo esperaramos en la direccion. Pasaron las horas y el Tribi pasaba frente a nosotros y no nos decia nada, pasaban los maestros y nos preguntaban que hacen alli? Y les deciamos el Director nos dijo que aqui lo esperaramos…Recuerdo que despues del descanso paso el Tribi y nos vio y nos dijo; Que hacen aqui? Entonces yo muy inocentemente le dije: Es que usted nos saco de la formacion por estar echando relajo y nos dijo que lo esperaramos aqui… entonces el dijo: Aaahh ya me acorde vengan para aca y le dijo a la orientadora levanteles un reporte y deles un citatorio para sus papas para mañana. Jamas se me olvidara la paliza que me dieron mis cuates a la salida por menso, y la verdad si nos hubieramos retirado de alli nadie lo habria notado y me hubiera ahorrado un reporte de los cientos que tuve en la secundaria.

Asi fue mi ultimo dia de clases en la escuela, lo recuerdo tan bien como recuerdo el primero, era igual, la misma incertidumbre y el mismo miedo, los mismos nervios y la misma melancolia. Al lunes siguiente nos citaron a las 16;00 en el auditorio con uniforme de gala para recibir nuestros documentos, yo estaba seguro que mi carta de Buena conducta (antes se acostumbraba entregarlas) seguramente seria una hoja en blanco, pero no fue asi, a pesar de todo me la dieron y eso creo que fue porque mis calificaciones lo ameritaban o no se porque, habria que preguntar al Prof Becerril.

Alli estabamos puntuales todos, y nos fueron llamando de uno en uno, jamas olvidare cuando mencionaron mi nombre y pase al frente del auditorio por ultima vez, me estrecho la mano el Tribi y me dijo felicidades Argueta Ud. lo logro, fui el unico que se atrevio a subirse a la mesa y darle un abrazo, espero que eso el no lo haya olvidado, despues le di un beso a Miss Ana Bustamante quien era mi asesora y a los demas maestros que estaban por alli. Una compañera dio un discurso muy emotivo y alli estabamos todos esperando a que terminara la ceremonia, todo fue muy tranquiilo y todos estabamos felices.

Al salir del auditorio vinieron los abarazos de todos, mi mama estaba alli junto a mi, recuerdo que me aleje de todos y vi al grupito de mi salon, los vi a todos abrazandose felices y entonces ocurrio un fenomeno, algo que yo he visto a lo largo de mi vida muchas veces, cuando todos estaban tan sonrientes y llenos de dicha no se porque yo me solte a llorar y corri a abrazar al enano mi mejor amigo y le abrace tan fuerte que parecia que lo iba a destripar y entonces se dieron cuenta que Argueta estaba llorando, si era el mismo… el mismo que se habia rifado el fisico con los mas picudos de la escuela, el que no le tenia miedo ni al mismo director, aquel que habia hecho lo que le venia en gana toda la vida, Argueta estaba en un mar de lagrimas porque dejaba atras parte de su vida y eso fue como una mecha que se encendio y a los pocos minutos ya todos me abrazaban y lloraban conmigo. Fue tan grande mi sorpresa al ver despues a casi toda la escuela que minutos antes estaba sonriente unida en un mar de lagrimas al saber que quiza para algunos seria la ultima vez que nos veriamos, fue un llanto contagiado por las emociones y el dolor de la despedida, el miedo a la incertidumbre y los nervios de un cambio tan transcendental.

Y asi estuvimos durante mucho tiempo abrazados todos los de mi grupo eramos muy unidos, hasta que nuestros papas nos empezaron a separar, yo llore aquella tarde como pocas veces lo he vuelto a hacer, mi mama me llevo caminando por la calzada mexico tacuba hacia popotla a un restaurante que estaba en la esquina que se llamaba Chano y Chon y me invito a comer para festejar, mi mente era un torbellino de emociones, yo estaba seguro que nunca mas volveria a ver aquellos rostros y a compartir sonrisas con ellos. Despues nos metimos al metro y llegue a mi casa a grabar en el disco duro de mi memoria mis recuerdos y lo hice tan bien que cada vez que quiero tener acceso a ellos alli estan, presentes y frescos como si hubiera sido ayer.

Jamas he vuelto a toparme con nadie de mi salon, se que a la mayoria de mis compañeros les ha ido bien y son personas de provecho, no podria ser de otra manera y estoy tan seguro de ello porque compartimos los mismos maestros, nos inculcaron los mismos valores y vivimos entre los mismos muros donde despertamos a la vida.

Erick Argueta

Dedicado a nuestro compañero Hector Salgado…En tu ultimo escrito moviste hilos que me obligaron a escribir el presente y al hacerlo surgio nuevamente alguna lagrima.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Mi estimado Erick:
Siempre me he preguntado ¿bueno y este Argueta me filma, me espía, conoce de mis recuerdos?
Porque cada vez que te leo, entro a escena en los mismos téminos en que tu entras a tu escena; mimas emociones, mismas visualizaciones, bueno, hasta mismos hechos.

Fantástico trabajo.
Gracias.

9:35 a.m.  
Blogger Erick A. said...

Esa es la magia mi estimado Alberto, la magia que nos une a todos en este maravilloso blogg, el hecho de haber compartido hasta los mismos hechos, esto es algo que jamas he visto en otras escuelas, mis hermanas ni se acuerdan de los nombres de sus maestros, en serio que yo he investigado por internet y no existe en mexico un blogg o pagina de exalumnos como esta, como la nuestra, basta ver el numero de visitas que hay de todos nosotros, es un verdadero orgullo el ser parte de esta historia, de alimentar recuerdos y sobre todo de compartirlos.

Un abrazo.

Erick

11:21 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Chidísimo relato, mi Erick, bueno tiene de todo, humor, nostalgia, etc., es algo así como la "Carabina de Ambrosio" un Show cómico, mágico, musical, (insisto que se devería hacer un guion para una pelicula con tus vivencias en la quince), pero lo mas importante es que se trata de un relato sincero, con un lenguaje simple y directo, sin preambulos ni adornos, al igual que Alberto te digo que es padrísimo como narras todo, te puedo visualizar paseando con don Wences, por todos los rincones de esa chingonsísima escuela, saludar a los cuadernos, depedirte de toda esa banda, bola de chamacos desmadrosos, cotorrear con el Chori en los pasillos, y también puedo ver tus lágrimas escarpar sin ningun temor, ¡¡que padre es llorar sin miedo a que lo juzguen a uno!!, por que el llanto es parte del lenguaje del alma, y a juzgar por tus palabras, tienes el don demostrarte tal cual eres, sin restricciones, deverás mil gracias por tu dedicatoria y tu amistad.

Siempre quince.

Héctor Salgado Corona.

9:07 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Querido amigo,no cabe duda que la nostalgia invade nuestro ser cuando recordamos nuestra querida estadía en la 15 y el último dia de clases fue tal como tú lo narras,creo que todos sentimos lo mismo por dejar a los amigos,la escuela,los profesores,es como si parte de nuestro corazón se arrancara y se quedara en la 15 por siempre y de hecho así es pues por lo visto,no importa la generación, ni el turno al que fuimos asignados,el sentimiento es el mismo.Afortunado tú que te pudiste despedir,yo por lo menos no lo hice como me hubiera gustado,simplemente miré mis salones,miré el patio y me fui.yo creo que es porque a nadie le gustan las despedidas pero es ahora,que mearrepiento de no haber actuado como tú y decirle adiós a mi escuela como se lo merecía.

2:15 p.m.  

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