Erick Argueta Generacion 83-86 - Recuerdos de mi padre
Hola Alberto espero te encuentres bien, sabes hace mucho que no llegaba la inspiracion pero hoy llegaron algunos recuerdos y quiero compartirlos contigo y con todos mis amigos para que los publiques en el blogg de la escuela, son algunas memorias y reflexiones de:
Mi Padre
De los muchos recuerdos que tengo de mi niñez hay uno en especial que llevo grabado en mi corazon, era 1984 y acababa de terminar el primer año de secundaria, el dia de entrega de boletas corrio con normalidad, mi promedio habia bajado un poco debido a que en los ultimos meses del curso fui reportado varias veces y por consiguiente me habian suspendido algunas ocasiones por varios dias. Estaba yo totalmente fuera de control, los primero periodos habia recibido las ansiadas felicitaciones que enviaba el Director a los tres primeros lugares de cada grupo, pero al final del curso ya no entre en ese selecto grupo. Despues vinieron las vacaciones y llego el dia de la inscripción a segundo, recuerdo que habian ciertos periodos para ello, primero inscribian a los alumnos regulares, a los que no debian materias y después a los que habian reprobado alguna. Ese dia nos presentamos en la escuela mi padre y yo, recuerdo que el iba muy orgulloso llevandome de la mano, con mi impecable boleta y documentos bajo el brazo a inscribirme para el segundo año y yo con mi uniforme nuevo. Aun recuerdo aquel olor a ropa nueva que estoy seguro tambien ustedes recuerdan, pero cual seria su sorpresa que al pasar con la maestra que estaba haciendo el tramite le dijo que yo no tenia derecho a inscripción por mi mala conducta, el le dijo que eso era imposible ya que mi promedio de 9 y algo debia de ser tomado en cuenta y que aunque no era yo un alumno brillante estaba por encima del promedio normal, entonces ella le dijo: Vaya y hable con el director a ver si se lo aceptan aunque sea condicionado, esa fue la primera ves que escuche esa famosa palabra y digo famosa porque a lo largo de toda mi estadia en la secundaria fue de la mano conmigo.
Fuimos a la oficina del Prof. Becerril y después de hacer esperar a mi papa por mas de una hora nos recibio, mi papa le dijo que no era posible que me dejaran fuera de la escuela y que estaba dispuesto a llegar a donde fuera y quejarse ante la misma SEP si se me negaba la inscripción, entonces el director mando a pedir mi Kardex, creo que todos recuerdan bien lo que era eso, era el historial del comportamiento en conducta de todos los alumnos y consistia en una hoja donde iban anotando todos y cada uno de los reportes que le hacian a un alumno. Como se han de imaginar, mi hoja estaba llena por los dos lados y ya le habian puesto una adicional, entonces fue cuando mi papa recordo todas las vivitas que mi mama habia tenido que hacer a la direccion cada que le mandaban un citatorio, de momento le cayo de sorpresa pero después se dio cuenta que en verdad tenia en frente a un niño problema, un chico que no podia dejar pasar un mes sin ser presentado en la direccion por alguna queja pero que a su ves jamas habia sacado una calificacion menor a 8 y por mas que un maestro quisera reprobarlo no habia podido, ni la mismisima maestra Monterrubio lo pudo conseguir. El caso es que después de varios minutos de discusión el Maestro Becerril cedio y le dijo que la unica manera en la que podia permanecer en la escuela era condicionado y que a la primer queja que tuvieran de mi me expulsarian definitivamente y que todos los viernes a las 6:00 de la tarde deberia pasar mi papa a firmar al area de trabajo social para que se diera cuenta de mi comportamiento, total mi padre acepto de mala gana y salimos de alli, por cierto el iba muy molesto, mi madre hace poco recordo aquella vez y me describio la escena, venia mi papa caminando y manoteando diciendome hasta de lo que me iba yo a morir y yo detrás de el caminando con la cabeza agachada y sin decir nada, me decia: No te entiendo hijo, a donde quieres llegar, si tienes una capacidad brillante, porque no usas esa inteligencia en cosas positivas, mira la vergüenza que me has hecho pasar, el ver que te traten como a un criminal, tener que venir cada semana a firmar como si fueras un exconvicto, que vergüenza con tus maestros no hay uno solo que no se haya quejado de ti, que tienes en la cabez en que piensas, para donde vas? Y bla bla blabla.
Hoy que han pasado ya varios años y estoy viendo precisamente el otro lado de la moneda, con un hijo adolescente de 16 años y una niña de 10 que esta proxima a serlo, hoy precisamente alcanzo a comprender todas sus palabras, alcanzo a entender su dolor, ese dolor que causa la incertidumbre de hacia a donde se dirigen nuestros hijos, ese no saber que va a pasar mañana con ellos, la verdad Dios ha sido muy bondadoso conmigo, mis hijos jamas me han dado un solo problema como los que yo le di a mi padre, jamas he tenido que pasar la vergüenza que mi padre paso aquel dia y otros muchos mas. Nunca he sentido la decepcion de que mi hijo me diga ya no quiero estudiar y abandone la escuela. Nunca he tenido que salir a la calle a buscar a mi hijo sin saber en donde esta. Gracias a Dios hasta hoy mi hijo jamas ha llegado a la casa oliendo a cerveza o licor y estoy seguro que hasta la fecha jamas ha probado un cigarrillo. Como padre me gustaria que jamas cometiera los mismos errores que yo cometi, que no tuviera que pasar tragos amargos como los he pasado yo, como padre quisiera no sentir todo el dolor que cause yo al mio, todas las decepciones que yo ocasione. No cabe duda de que la vida es un circulo sin fin, hoy justamente me encuentro reflexionando en todas las tonterias que un adolescente es capaz de cometer y quisera que mis hijos jamas cayeran en ellas. Hasta hoy nada de eso ha pasado pero no tengo la seguridad de lo que va a ocurrir mañana, pero dia a dia trato de guiarlos por el camino que yo creo es el correcto pero sin embargo yo mismo no segui.
Todo eso es parte de la misma vida me dijo una vez mi madre al recordar momentos como aquela vez, mi padre siempre estuvo puntual cada viernes a las 6 de la tarde con el orientador de la secundaria, acabó por hacer amistad con el Prof. Cuellar quien era nuestro orientador, como se han de imaginar los reportes continuaron, jamas me corregi, nunca reprobe una sola materia y mi promedio jamas bajo de 8, pero era como una necesidad era un vicio el estar haciendo tonterias a diestra y siniestra.
Por eso recuerdo bien el dia que termine la secundaria, en una ocasión conte a Uds. Que yo en medio del alboroto y felicidad de toda la generacion, en medio de sonrisas y abrazos fui el primero en ponerme a llorar, recuerdo que llore como nunca, llore de tristeza porque me alejaria de mi amada escuela, pero caigo en la cuenta de que tambien llore porque yo por momentos pense que jamas lo lograria; en ese momento tenia yo mi certificado en la mano y lo habia conseguido contra todo, por momentos pense que jamas terminaria la secundaria en la 15, habia conseguido algo que era imposible pero lo peor de todo era que yo solo me habia ocupado en complicar mi vida y mi existencia en aquella escuela.
Mi padre aquel dia no pudo estar a mi lado, solo me acompaño mi mama, el estaba trabajando y no pudo asistir, pero en verdad que estaba alli auque no estuviera, ese triunfo era suyo tambien, estaba alli conmigo como cada viernes a las 6, como en cada citatorio en la direccion, como hoy esta aquí conmigo aunque se encuentre a miles de kilómetros de aqui, mi padre siempre ha estado a mi lado en los momentos mas importantes de mi vida, en cada logro, en cada triunfo asi como en cada tropiezo que haya podido yo tener.
Es una lastima que hayan tenido que pasar tantos años para que yo pudiera darme cuenta que al final de cuentas el viejo tenia la razon, que todas sus palabras resultaron ciertas, que jamas se equivoco, que el que estaba mal era yo y que si pudiera regresar el tiempo le pondria mas atención a sus consejos. Aquellos consejos que no quise seguir pero hoy recuerdo en el baul de mis memorias para darselos a mis hijos.
A mi viejo con amor…
Erick
6 Comments:
Gracias por tu relato sentido y realista Erick.
Nos haces vibrar como si fuera en carne propia, como si fueras nuestro hijo o nuestro padre.
Mil gracias.
Gracias Alberto, sera porque se aproxima el dia del padre que me dio por escarbar en mi memoria o quiza porque yo siempre he pensado que cuando es 10 de mayo hacemos fiesta nacional y cuando es el dia del padre no se hace tanto alboroto y para algunos pasa por desapercibido este dia. Para mi es igual de importante la figura paterna a la materna pero no podemos dejar de lado las ideas que desde niños nos inculcaron, ideas que a mi punto de vista son sexistas ya que solo basta hacer una pequeña comparacion, en la calle cuando alguien quiere insultarnos basta que nos recuerden a nuestra mama pero porque nunca nadie nos insulta de igual manera con nuestro papa? jajaja hasta el dia de hoy jamas he recibido una mentada de padre...
Les mando un fuerte abrazo a todos y espero que reflexionemos en la igualdad de importancia que debe tener para todos la figura paterna aunque en nuestra sociedad machista una gran parte de hombres carecen de la abnegacion y responsabilidad que tiene traer un hijo al mundo pero no hay que hacer pagar a justos por pecadores.
Erick A.
Realmente hablar de la figura ya sea ¨paterna o ¨materna¨ es tener gratos recuerdos,como bien los menciona tu relato Erick,aunque cuando eramos jóvenes no entendíamos el significado profundo de los consejos,pero esto es común desde siempre,hasta que crecemos y somos padres nos enteramos de la sabiduría de nuestros progenitores.Eres muy afortunado por haber tenido padre y madre que estaban al pendiente de ti,yo sólo tuve una gran madre que ejercía ambos papeles,creo que por eso fue muy estricta,más conmigo que soy la primogénita.
En cuanto a la rebeldía que mostrabas en tu etapa de adolescente,pienso que algo andaba mal en tu hogar,a algo no le prestaban atención tu padre y tu madre ya que toda esa rebeldía creo que en realidad estabas pidiendo a gritos atención,a parte de que todos sabemos que la etapa de adolescencia es difícil debido al desarrollo físico y el mental.
Me da mucho gusto leerte y que reflexiones sobre la relación entre tus hijos y tú,de mucho han servido tus amargas experiencias para que ahora no cometas los mismos errores que cometieron contigo y para que sepas guiar a tus hijos por el camino menos dificil de la vida.
Te mando muchos besos amigo y sigue siendo un ¨Padre¨,si eres bueno o malo,eso ya lo dirán tus hijos y el tiempo,pero por lo que se ve,ers bueno.
Erick, como siempre, es un verdadero festín leer tus historias, y para no perder la costumbre tocas un tema que da en la medula, como lo es la relación padre – hijo, al respecto déjame platicarte que recuerdo el día en que mis padres me fueron a inscribir a la escuela, como dices hay un ambiente de orgullo recíproco, lo ves en sus rostros, recuerdo que al dirigirnos al salón caminaban muy unidos, sonrientes mi mamá tomada del brazo de mi papá, son de esas escenas que se te quedan gravadas para toda la vida, las cosas para ellos no fueron nada fácil, pues criaron ocho hijos, los problemas de toda índole siempre los tenían tensos; pero ese día de inscripción, fue una especie de paréntesis a sus problemas cotidianos, como si ese evento fuera una especie de trofeo o logro para sus esfuerzos, recuerdo que al entrar al salón mi papá me abrazo de una manera muy efusiva (me sentí un poco apenado), ese día enseguida nos fuimos de compras, a buscar el uniforme, mi papa me regaló reluciente portafolio (que luego por comodidad cambie por un morral de tela), en fin, ahora el orgulloso padre soy yo, tengo dos maravillosos hijos, y mi papá obviamente esta doblemente orgulloso.
Gracias Erick por compartir esa hermosa historia.
Un abrazo
Siempre quince.
Héctor Salgado Corona
¡¡Caray Erick!! Si que eres Persona de contrastes. A veces, me haces reir mucho con ciertas anècdotas; Hoy...hiciste que decubriera que dentro de mi casa hay goteras, ya que que me cayò una que otra gotita de agua en los ojos, no cabe duda, tengo que impermeabilizar mi casa no crees?
Perdòn, se me olvidò dejar mi nombre para que no me borren por no impermeabilizar mi casa.
David E.Fernàndez de Lara V.
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