En mi mente y en mi corazón llevo aún el uniforme cuasi-militar con suéter guinda que vestí en una época de trasformaciones físicas, emocionales e intelectuales. Haber estudiado en la Secundaria 15 Albert Einstein fue en un momento histórico que guardo profundamente en un cajón de mis pensamientos y serán recuerdos difíciles de olvidar; tal como fue la inauguración de las obras para la construcción de la línea 2 del Metro, los sucesos del 2 de octubre de 1968, y Halconazo en el Jueves de Corpus en el 10 de junio de 1971, sucesos dignos para ser incluidos en las mismas clases de historia con la motivadora Maestra Rosita Mejía y su galán maestro “el Pollo”. En esa época también nos tocó ver las obras del edifico nuevo y la emotiva inauguración de los talleres con la presencia de importantes personalidades encabezadas por el Sr. Max Schein acompañadas entre otros por Miguel Alemán Velasco, Jacobo Zabludowsky, sin faltar el animador Raúl Velasco quien no dejó de hacernos su tradicional señal “aún hay más”… Ese mismo día y mejor que nunca, (bajo la dirección de la maestra Isolda y Monterrubio) cantamos entre otras, la hiper-ensayada HATIKVA: Kol od balevav p´nimaNefesh Iehudi omiaUlfaatei mizraj kadimaAin letzion tzofiaOd lo avda tikvatenuHatikva bat shnot alpaimLihiot am jofshi beartzeinuEretz Tzion v'YrushalaimPero un hecho que verdaderamente dejó huella en mi espíritu, fue haber conocido y estrechado la mano de Hans Albert Einstein (1904-1973) quién amablemente me dejó más que un autógrafo en la hoja de mi cuaderno, junto con una palmada en la espalda con mi suéter color guinda, justo cuando entregamos a la Secundaria 15 una obra hecha de plastilina en el taller de Artes Plásticas sobre una armadura que los compañeros del taller de Estructuras Metálicas nos habían preparado. En ese “pesado proyecto” pasamos inspiradoras horas frente a las fotografías del magnánimo Genio ALBERT EINSTEIN junto con mis protectores amigos Eduardo Izaguirre y Alejandro Monje Marmolejo y el maestro Manjarrés.Como olvidar las clases de física con la maestra Colín de ojos tan bonitos, con la contrastante mirada dominante del maestro Uribe (del taller de Mecánica Automotriz), o las clases de matebrúticas con el apacible maestro Fernando Peniche. Y ni olvidar las tremendas reprimendas de la Directora Hilda Garfias de Gyves junto a todos los temidos reportes en papel amarillo para el cajón del kardex. “!Porca miseria”!, ya no recuerdo el nombre de nuestro castrense maestro de civismo; ¿será Oppenheimer o Alzheimer?Buenos recuerdos de muchos compañeros y lindas compañeritas (Elvira Villa Martínez, Lolis Gutiérrez, Male Contreras, Irma Martell, Patty Miranda y mi prima María Elena Carranza Pacheco, entre muchas otras más). Recuerdo muy bien hasta el “viejito de las bolas” del jardín del frente, que por tres pesos nos dejaba brincar la reja para salirnos de pinta. Saltarse por la barda de atrás, aparte que era más alta, resultaba nauseabundo por el mordaz olor de los cerdos de nuestros vecinos. Recuerdo también a mis maestras de inglés con el tradicional saludo “good morning boys and girls” y la pronta respuesta al coro unísono “GOOD MORNINGGGG MISS OCHOAAAA!!!”. Never forget the reprimands of my beloved and cosmopolitan teacher Miss Rivacoba, inconfundible por su colorida cabellera, verde o azul sin faltar alguna vez el favorito tono de mi suéter guinda.A la memoria de mis compañeros y entrañables amigosPatty Bermúdez y Miguel Leonel Carranza Pacheco (Miki)
Ciudad de México
a 1 de Marzo, 2008
Prof. Dr. Agustín Zerón
zeron@periodontologia.com
2 Comments:
Estimado Agustín:
Gracias por la grata sorpresa de tu persona y de tu texto.
Nos hiciste volver a sentir lo que recordamos con cariño: nuestro originalísimo suéter.
Ya estás publicado.
Ya estás en el Dir de la Gen67-70.
Un abrazo.
Hola Agustín,
Como dijo Mastache, fué una grata sorpresa leer tu texto. Me hiciste recordar muchos gratos momentos parecidos a los descritos por ti.
Gracias por tomarte el tiempo de escribirlo y que tengas muy buen día.
Humberto
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